MARRAKECH, MARRUECOS
Amanjena, situado entre olivares y palmeras, se encuentra justo detrás de la mítica Ciudad Roja de Marruecos. Junto a las exuberantes calles del campo de golf Amelkis, con la silueta de las montañas del Alto Atlas como fondo, es un remanso de paz.
Inspirándose en la arquitectura tradicional árabe y poniendo el foco en los auténticos detalles artesanales, la paleta oscura se ve acentuada por el roble encalado, la piedra y el bronce patinado. Los azulejos de travertino y las paredes de yeso Tadelakt complementan estos elementos de diseño, mientras que el juego de luces y sombras creado por las mamparas flotantes hacen un guiño al imperecedero misterio del norte de África.
Ubicadas entre exuberantes jardines, a la sombra de olivares y altas palmeras, cada villa de tres a seis habitaciones cuenta con un jardín privado, una piscina y alojamiento para el personal, lo que garantiza un nivel de servicio incomparable. Adaptados al templado clima de Marruecos, los espacios interiores se funden a la perfección con las terrazas y los jardines de la azotea, difuminando los límites entre el interior y el exterior.
Ofreciendo una gran cantidad de espacio y privacidad, las Villas ofrecen la oportunidad de poseer una casa en uno de los rincones más bellos del mundo, así como acceso exclusivo a la comunidad de Aman.
Situadas en la carretera sur a Ouarzazate, la puerta de entrada al desierto del Sahara, las villas ofrecen vistas a las montañas del Alto Atlas, con las verdes calles adyacentes del campo de golf Amelkis de 27 hoyos.
El vibrante distrito de Faena de Miami, un verdadero catalizador cultural y de interconexión humana, albergará muy pronto el cuarto destino Aman de Norteamérica.
Ubicado dentro de más de tres hectáreas de jardines botánicos, pero a solo unos minutos de las históricas calles de Rodeo Drive y Santa Monica Boulevard, Aman Beverly Hills será el hogar de un Aman Club, un hotel Aman y Aman Residences.
El nuevo destino Aman de México, situado en un remoto enclave en el que el mar, el desierto salvaje y las tierras de cultivo se dan la mano, ofrecerá un sereno refugio y un oasis privado a orillas del mar de Cortés.